TOMATINA
DEFINICIÓN:
La Tomatina es una fiesta en forma de algarada callejera que se celebra en el municipio valenciano de Buñol. En ella los participantes se arrojan tomates los unos a los otros. Se celebra el último miércoles del mes de agosto, enclavada dentro de la semana de fiestas de Buñol.
¿CÓMO VA ESTA "BATALLA" ?
La “batalla” coincide con la fiesta del santo patrón de la ciudad que se celebra en el transcurso de una semana, en la que tienen lugar diferentes actividades y celebraciones previas que culminan con esta batalla de tomates que da fin a las fiestas.
La noche previa a La Tomatina, las calles se llenan de tomates mucho más apetecibles de lo que estarán al día siguiente. En la plaza, llena de paellas, se cocina sobre fuegos de leña y se bebe vino hasta altas horas de la madrugada. El miércoles por la mañana muy temprano, los comerciantes y propietarios de locales en torno a la Plaza se afanan por proteger puertas y ventanas antes de la caótica avalancha.
En torno a las 10 horas comienza el primer evento de la Tomatina. Es el "palo jabón", similar a la cucaña, que consiste en subir a un poste engrasado con un jamón en la parte superior. Mientras esto sucede, el grupo trabaja en un frenesí de cantar y bailar mientras se duchan con mangueras. Una vez que alguien ha conseguido soltar el jamón del palo, se da la señal para el comienzo, que suele ser a eso de las 11, cuando suena la carcasa, y comienza el caos. Varios camiones descargan los tomates en abundancia en la Plaza del Pueblo. Los tomates proceden de Xilxes Castellón, donde son menos costosos y se cultivan específicamente para estas fiestas, ya que su sabor no resulta adecuado para el consumo.1 Para los participantes se recomienda el uso de gafas protectoras y guantes. Antes de lanzarlos, los tomates se deben aplastar para que no dañen a nadie.
Después de exactamente una hora, la lucha termina al disparo de la segunda carcasa anunciando el final. Toda la plaza queda teñida de rojo y se forman ríos de jugo de tomate. El proceso de limpieza de las calles lo realizan camiones de bomberos. Los participantes aprovechan las mangueras que les ceden los vecinos para quitarse el tomate pegado al cuerpo. Algunos se acercan al charco de “los peñones” para lavarse. Tras la limpieza, las calles del pueblo, que son de adoquín, quedan impolutas debido a la acidez del tomate que desinfecta y limpia a fondo todas las superficies.
Según una estimación, se utilizan cada año alrededor de 150.000 tomates que se distribuyen entre unos 20.000 participantes de diversas partes del mundo que acuden a divertirse en esta extraña batalla.
REGLAS:
La fiesta tiene algunas reglas para la seguridad de los participantes y para que la fiesta siga como cada año, sin ningún tipo de incidente:- No se deben lanzar botellas o cualquier otro tipo de objetos que puedan provocar daños o accidentes. Sólo se pueden lanzar tomates.
- No se debe romper las camisetas de otros participantes.
- Los tomates se deben aplastar antes de su lanzamiento para que no hagan daño a nadie.
- Hay que tener cuidado al paso de los camiones que transportan los tomates.
- Al disparo de la segunda carcasa se da por finalizado el lanzamiento de tomates.
- A todos los participantes se recomienda el uso de gafas protectoras y guantes.
SU HISTORIA...
Existen varias interpretaciones sobre el origen de esta fiesta popular. Según algunos historiadores, su origen se debe a una broma. Un hombre estaba en la plaza del pueblo cantando y tocando música, cuando un grupo de jóvenes que le escuchaban empezaron a lanzarle tomates que sacaron de un puesto de frutas y verduras de la plaza, debido a que el hombre cantaba muy mal. Todo el mundo que había en la plaza decidió unirse y terminó en una batalla de tomates.En Tarazona (Zaragoza) se cuenta que la Tomatina de Buñol fue realmente impulsada por "El Deivi", personaje turiasonense y gran profesional del Cipotegato. En Tarazona, desde tiempos inmemoriales se celebra todos los 27 de agosto el Cipotegato, también conocido como Tomatada, fiesta donde todo el pueblo se encuentra en batalla campal con tomates en la hermosa plaza del Ayuntamiento, pero con unos objetivos y tradiciones diferentes. Se cuenta, que fue "El deivi" en uno de sus viajes por las festividades españolas quien sugirió hacer una batalla campal de tomates mientras disfrutaba las fiestas de Buñol. Corría el año 1949 y el pueblo, encantado con las astucias del personaje turiasonense, recibió de buen agrado la propuesta. Tanto se repitió año a año, que llegó a los tiempos actuales, ganando en fama a la tomatada original de Tarazona. En repetidas ocasiones se ha propuesto el nombramiento de una calle en honor al Deivi e incluso el levantamiento de alguna estatua en la propia plaza en alusión al conocido fundador. Por no estar demostrada la veracidad de la historia, nunca ha llegado a llevarse a cabo la acción, existiendo opiniones contrariadas en el pueblo de Buñol.
Sin embargo, la versión más fiable e histórica dice que todo comenzó en 1945. La plaza de la ciudad (donde la "Tomatina" se celebra tradicionalmente en la actualidad) estaba llena de jóvenes para ser testigos de la fiesta tradicional de "Gigantes y Cabezudos" (un desfile de figuras gigantes de carnaval con cabezas grotescas). Algunos jóvenes decidieron unirse a la comitiva del desfile porque querían participar. Este movimiento provocó el rechazo por parte de la comitiva, la cual comenzó un forcejeo donde empujaron a los que llevaban los disfraces gigantes. Uno de los participantes cayó y cuando se levantó empezó a pelear con quien estaba cerca de él y empezó una pelea. Por casualidad, allí había un puesto de verduras con cajas abiertas que mostraban los productos en venta. Los jóvenes que participarón en la lucha cogieron los tomates de las cajas y comenzaron a tirarlos a los enemigos, respondiendo éstos del mismo modo, terminando en una pelea donde se lanzaban tomates los unos a los otros hasta que la policía puso fin a "la batalla", y los responsables de la pelea pagaron por los daños.
El año siguiente, al llegar el mismo miércoles de agosto, se repitió el mismo escenario con la diferencia de que los manifestantes llevaron los tomates desde sus casas y, una vez más, la batalla fue detenida por la policía local.
En los años siguientes, las autoridades prohibieron la celebración, pero esta fiesta se ha seguido celebrando cada año desde entonces de una forma u otra.
En 1950 el Ayuntamiento de Buñol permitió que la lucha de tomates tuviera lugar. Pero al año siguiente se detuvo de nuevo y una gran cantidad de jóvenes fueron detenidos y encarcelados, pero los residentes de Buñol apoyaron a los participantes y obligaron a las autoridades a dejarlos libres. Debido al clamor popular, el festival finalmente fue permitido y ganó popularidad también fuera de Buñol, siendo cada año más popular y con mayor participación.
En los años 50, los participantes no sólo se arrojaron tomates unos a otros, sino que también arrojaron agua a la gente, en la fuente de la Plaza, atacando a personas que no tomaban parte, entre ellos también a personalidades relevantes del pueblo. Esto provocó la prohibición de la fiesta, con sanciones graves y también prisión para los que tomaran parte en ella.
En el año 1957, dado que la "tomatina" no se podía realizar, algunos jóvenes planearon celebrar el “funeral del tomate", con cantantes, músicos, y comedias. La atracción principal, sin embargo, fue el ataúd con un gran tomate dentro, seguido por una banda que tocaba las marchas fúnebres.
Teniendo en cuenta esta popularidad de la fiesta y la demanda alarmante, en 1959 se decidió hacer el festival de nuevo oficial, pero bajo ciertas reglas y restricciones. Entre los cambios apareció el “palo jabón”, cucaña que se celebra una hora antes del comienzo de la tomatina, así como por ejemplo delimitar la duración de la batalla mediante petardos, que anunciarán el inicio y el final de la fiesta. Estaría prohibido a partir de ese momento lanzar tomates antes o después de producirse el estallido del petardo.
Otro momento importante en la historia de esta fiesta es 1975. Fue a partir de este año que "Los Clavarios de San Luis Bertrán" (el ejército de San Luis Bertrán, el patrón de la localidad de Buñol) organizaron toda la fiesta y se encargaron de aportar los tomates que previamente habían sido traídos por la gente local. Poco después, en 1980, el ayuntamiento tomó la responsabilidad de organizar la fiesta.
Finalmente, en el año 2002 la fiesta valenciana fue declarada fiesta de interés turístico internacional debido a la gran cantidad de gente que participa en ella, tanto de España como del extranjero.
Desde el año 2013, y para evitar aglomeraciones, el ayuntamiento de Buñol decidió limitar el aforo a la fiesta. Desde entonces se necesitan entradas para poder participar, que han de ser comparadas a través de un distribuidor oficial.
https://www.youtube.com/watch?v=D7cLhoC5faI
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