FAUNA Y FLORA
FLORA...
Las conclusiones científicas concuerdan en que la flora de las Islas Galápagos empezó así:1. Con esporas y semillas llevadas por los vientos y "retenidas" casualmente por las nuevas islas en el medio del mar.
2. Con semillas adheridas a las patas y/o plumaje de aves migratorias. Otra opción es que internamente, se dio su transporte en el tracto digestivo.
3. Con balsas flotantes de vegetación llevadas por ríos hasta llegar al mar y tomar contacto con las corrientes marinas.
Ocurrió antes, ocurre ahora y seguirá ocurriendo. Sin embargo, no todas las semillas se pueden fusionar con el terreno rocoso. En efecto, sólo aquellas plantas con necesidades simples de germinación se podrán adaptar a este inhóspito ambiente, en donde la supervivencia es la regla de cada día.
Desde la costa hacia las zonas altas, en Galápagos se han definido cinco zonas de vegetación:
- Costera. Las costas son ambiente salino, y así las plantas que aquí habitan poseen características fisiológicas que les permiten sobrevivir condiciones hipersalinas. Como representantes clásicos tenemos el Mangle Rojo y sus espectaculares raíces aéreas, el Monte Salado y la Gloria de la Mañana.
- Arida. El territorio de los Cactus! Los grandes y famosos cactus Opuntia (las tunas) habitan esta zona como dominadores del terreno, y proveen de alimento a vertebrados como tortugas e iguanas terrestres. Los elegantes cactus Candelabra, pertenecientes al género Jasminocereus, complementan a las lavas más nuevas que albergan al cactus de lava (género Brachycereus. Otro clásico representante de la zona de mayor endemismo en las islas, es el Palo Santo. Plantas deciduas y anuales de esta zona le cambian el paisaje a Galápagos al llegar los cambios climáticos. Quién esperaba ver un desierto tropical!
- Húmeda. Epífitas como orquídeas, musgos, helechos y líquenes habitan esta zona de constante humedad (muy parecido a un bosque nuboso), y así decoran naturalmente a los pocos árboles y arbustos. Entre los representantes principales está el grupo de plantas del género Scalesia (la contraparte floral evolutiva de los Pinzones de Darwin), Uña de Gato, Tournefortias, entre otras. No mucho se dice de la zona alta de Galápagos, y en realidad es aquí en donde encontramos un micro clima muy interesante que con el tiempo ha dado suficiente aislamiento de la zona árida.
- Miconia. Particularmente observada en San Cristóbal y Santa Cruz. Esta zona posee a su mayor representante, la Miconia, la cual requiere altos niveles de humedad para su supervivencia.
- Pampa. En las islas habitadas, esta es tierra muy productiva dedicada a actividades agrícolas. Sorpresivamente, la temperatura no sube mucho, y abundan las hierbas y pastos, dando inclusive oportunidad de crianza de ganado.
FAUNA...
La Tortuga Marina (Cheloniidae): es increíble ver a este gracioso animal mientras buceas. La tortuga marina verde del Pacífico es la única tortuga marina residente de las Galápagos, y desova entre los meses de diciembre a junio. Durante estos meses es posible enrolarse como voluntario en el Centro de Investigación Charles Darwin para trabajar contando los nidos y marcando los huevos –una excelente manera de vivir una experiencia práctica en las islas.
Iguanas Marina
 (Iguanidae): Te aseguramos que te toparás con estas criaturas tan 
pronto como llegues a las Galápagos. Este es el único lagarto en el 
mundo que vive en el océano, y tres de las especies que verás en las 
islas son endémicas. Verlas durante el apareamiento es grandioso, pues 
su piel negra se vuelve rojo brillante cuando las iguanas quieren atraer
 a los machos. 
Iguanas de Tierra
 (Iguanidae): También endémicas de las islas, estas coloridas criaturas 
son igualmente espectaculares. A las iguanas de tierra les encanta el 
cactus espinoso, y se paran sobre sus patas traseras para alcanzar la 
flor. Tienen una lengua áspera y resistente, por lo que no necesitan 
sacar las espinas al cactus antes de comerlo. 
Lagartos de la Lava (Iguanidae):
 No tan brillantes, pero igual de interesantes, estos lagartos endémicos
 se encuentran prácticamente por todas partes en las islas. Algunas 
veces pueden estar salpicadas de anaranjados o rojos decorando su 
mandíbula, y parece que hicieran flexiones cuando tratan de cortejar a 
una hembra. Existen siete especies en las islas.
Es
 imposible dejar las islas sin haberse convertido en un observador de 
aves. Las islas Galápagos son famosas por la gran cantidad de aves y su 
evolución
El Cormoran (Phalacrocoracidae):
 Aquí encontrarás el único cormorán en el mundo que no vuela. A través 
de los años evolucionó convirtiéndose en un gran nadador y perdiendo su 
capacidad para volar. Podrás ver esta ave en el lado oeste de Isabela, 
el tiempo y el viaje valdrán la pena cuando veas a este sorprendente 
torpedo en el agua. 
Pingüinos (Spheniscidae):
 Este es el único pingüino de las aguas ecuatoriales (aguas cálidas), y 
también el que habita más al Norte, ya que el resto se encuentran en el 
hemisferio Sur. Las mayores concentraciones de pingüinos se encuentran 
en las islas Isabela y Fernandina, pero si tienes suerte podrías 
alcanzar a ver una colonia pequeña en Bartolomé. 
Albatros de las Galapagos (Diamedeidae):
 éste es un residente de las Galápagos; si vienes a las islas entre 
abril y diciembre lo podrás ver en Santa Cruz. Es absolutamente gracioso
 en el aire, y puede estar en el mar durante meses e incluso años sin 
tocar tierra. Pero su manera de despegar y aterrizar resulta cómica, 
pues los pájaros se forman en una línea como aviones en el aeropuerto 
esperando indicaciones de la torre de control. El cortejo de estas aves 
también es único; vale la pena viajar a las Galápagos en octubre, cuando
 esto generalmente ocurre. 
Piqueros
 (Sulidae): de patas azules, de paras rojas y enmascarados, los piqueros
 se encuentran en la mayoría de las islas del archipiélago, siendo los 
de patas azules y los enmascarados los más comunes. Estos increíbles 
buzos se sumergen a profundidades de 8 metros para atrapar sus presas. 
Uno de nuestros recuerdos favoritos de las Galápagos sucedió mientras 
buceábamos con esnórkel, cuando un piquero se sumergió en el agua a 
menos de tres metros de nosotros para atrapar un pez. Son coloridos, 
interesantes y divertidos de observar (especialmente durante el 
cortejo).
Las Fragatas
 (Fregatidae): A estos sinvergüenzas no les gusta mucho pescar, mejor 
prefieren distraer a los piqueros y otras aves para robarse su caza. 
Durante el cortejo resultan aún más espectaculares: el macho infla una 
capa de piel roja debajo del pico y parece un gran globo rojo con 
impresionante colorido. 
Los famosos pinzones
 (Fringillidae): Qué sería de las Galápagos sin los pinzones de Darwin? 
Mantén los ojos abiertos, pues se encuentran por todas partes y hasta 
pueden comer directamente de tu mano. Existen 13 especies endémicas, 
diferenciadas por su tamaño y la forma del pico. Una actividad divertida
 es tratar de distinguirlos e identificarlos ¡pero no es fácil! 
Otras
 aves que se pueden mirar son los papamoscas, las golondrinas, las 
gaviotas, las golondrinas de mar, los ostreros, los halcones, los 
flamingos, los pelícanos, las garzas, otras aves tropicales...
Para
 los observadores de aves más dedicados, recomendamos The Collins Field 
Guide to the Birds of the Galápagos (Guía de Campo Collins de las aves 
de las Galápagos) escrita por Michael Harris et al., o A Guide to the 
Birds of the Galápagos Islands (Guía de las Aves de las Islas Galápagos)
 de Castro y Antonia Phillips. 
Mamiferos
 Entre los mamíferos de las islas Galápagos se cuentan dos especies de 
murciélago, dos especies endémicas de ratas, y sus mamíferos más 
famosos: el león marino y la foca de pelo de las Galápagos. No te 
cansarás nunca de ver estas juguetonas y hermosas criaturas nadando en 
el agua y balanceándose sobre la tierra. Pero asegúrate de no tocar a 
las crías, ya que las madres los reconocen por el olor, y el bronceador,
 el desodorante o los olores humanos pueden camuflar la esencia y dejar a
 las criaturas sin la protección de su madre. 
Bajo el mar hay un rico mundo con peces tropicales, corales, tiburones, anguilas, rayas, delfines y más.
UN POQUITO DE LAS ISLAS GALAPAGOS
Las
 islas galápagos, ubicadas en el océano Pacífico, a 1000 K. al oeste de 
la costa ecuatoriana, se supone que la formación de la primera isla tuvo
 lugar hace más de 5 millones de años, como resultado de la actividad 
tectónica. Las islas más recientes, llamadas Isabela y Fernandina, están
 todavía en proceso de formación, habiéndose registrado la erupción 
volcánica más reciente en 2009.  Las islas Galápagos son famosas por sus
 numerosas especies endémicas y por los estudios de Charles Darwin que le llevaron a establecer su Teoría de la Evolución por la selección natural.
En julio de 1835, Charles Darwin escribía desde Lima a su primo Fox: “Tengo más interés por las islas Galápagos que por ninguna otra parte del viaje”.
 Se diría que intuía ya la significación decisiva que para él iba a 
tener esa visita, en principio sólo planteada como una etapa más de su 
vuelta al mundo a bordo del Beagle.
Ubicada
 a 1.000 km. al oeste de la costa ecuatoriana se encuentran las Islas 
Galápagos o el Archipiélago de Colón, compuesto por 13 islas y 17 
islotes, que tienen un gran valor científico debido a su extraordinaria 
flora y fauna única en el mundo. Las Islas Galápagos son Patrimonio 
Natural de la Humanidad.
Trescientos
 años antes, distintos eran los intereses y las preocupaciones que 
sintió otro personaje, decisivo también, aunque de otra manera, para la 
historia de las Galápagos. Nos referimos a Tomás de Berlanga (imagen abajo),
 obispo de Panamá, quien el 23 de febrero de 1535 zarpaba del puerto de 
dicha ciudad con dirección al Perú, enviado por el rey de España para 
zanjar los pleitos surgidos entre Francisco Pizarro y Diego de Almagro.
El
 buque se dirigía hacia el sur siguiendo la costa, cuando, 
inesperadamente, a los ocho días de viaje, se produjo una calma absoluta
 y la nave quedó flotando en una total inmovilidad. Pronto los 
tripulantes tuvieron la sensación de ser arrastrados por una corriente 
hacia el interior del océano y vieron, con angustia, que los perfiles de
 la costa se desdibujaban hasta desaparecer por completo.
Sus
 negros presentimientos parecieron confirmarse en los días siguientes, 
cuando el agua y los alimentos empezaron a escasear; pero el 10 de marzo
 volvieron a vislumbrar un horizonte de tierra firme, hecho fortuito que
 había de convertirlos en involuntarios descubridores de las Islas 
Galápagos.

















 
  
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